Las fotografías son testimonios de la desaparecida Calle Andueza que se encontraba a los pies de la muralla de la Macarena, extramuros, aunque intramuros había adheridas al lienzo de muralla algunas casas que fueron derrivadas en los años 70 del siglo XX. Las casas eran de una y dos plantas, solían tener doble entrada, una puerta abría hacia el Campo del Hospital y la otra hacia la muralla. Se da la circunstancia de que era conocida como "La Pequeña Moscú" porque en la esa zona vivía un gran numero de republicanos, sindicalistas y gente que componía lo que se denominó "las izquierdas","el frente popular". No parece extraño dar entonces explicación a los fusilamientos que tuvieron lugar al pie de la muralla con motivo de los sucesos del 36. En la Guerra Civil y en la postguerra, cuando se realizaban persecuciones de los republicanos exaltados, el sistema de doble puerta facilitó la huída de los mismos, razón por la cual el gobierno la
El abanico ha sido un instrumento muy útil para el coqueteo cuando éste estaba prohibido en público. Para las mujeres acompañadas de su madre o una señorita de compañía, el abanico era un instrumento de comunicación entre dama y caballero. En la corte de Luis XV, rey de Francia, el protocolo prohibió a las damas de la corte abrir sus abanicos en presencia de la reina, a menos que lo utilizaran como bandeja para ofrecerle algún regalo. Hasta 1939, en la Corte de Inglaterra, fue obligatorio su uso para las damas en recepciones y actos oficiales. En España, se convierte en un fiel aliado del coqueteo. Hay abanicos para hombres, pequeños y negros; y más grandes para las mujeres. El lenguaje es como sigue: Cerrar el abanico tocándose el ojo derecho: “¿Cuando podré verte?” Hacer movimientos amenazadores con el abanico cerrado: “No seas tan imprudente” Cubrirse la oreja izquierda con el abanico abierto: “No reveles nuestro secreto” Tocar con el dedo la parte alta del abanico: “Desearía habl