En Roma se usaban relojes portátiles de viaje. Eran los viatoria pensilia, bronces circulares en los que se indicaban por una cara diversos nombres de las provincias o regiones geográficas o ciudades y por la otra las horas. A cada ciudad le correspondía una latitud, estando ordenadas en orden ascendente. Estos relojes señalaban la hora y la orientación. El uso de este reloj no era saber la hora exacta, sino saber dónde se encontraba un viajero en el curso de su viaje. La foto muestra el horologio custodiado en el Museo Nacional de Arte Romano.