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Abanicos y lenguaje



El abanico ha sido un instrumento muy útil para el coqueteo cuando éste estaba prohibido en público. Para las mujeres acompañadas de su madre o una señorita de compañía, el abanico era un instrumento de comunicación entre dama y caballero. En la corte de Luis XV, rey de Francia, el protocolo prohibió a las damas de la corte abrir sus abanicos en presencia de la reina, a menos que lo utilizaran como bandeja para ofrecerle algún regalo.

Hasta 1939, en la Corte de Inglaterra, fue obligatorio su uso para las damas en recepciones y actos oficiales.

En España, se convierte en un fiel aliado del coqueteo. Hay abanicos para hombres, pequeños y negros; y más grandes para las mujeres.

El lenguaje es como sigue:

Cerrar el abanico tocándose el ojo derecho: “¿Cuando podré verte?”

Hacer movimientos amenazadores con el abanico cerrado: “No seas tan imprudente”

Cubrirse la oreja izquierda con el abanico abierto: “No reveles nuestro secreto”

Tocar con el dedo la parte alta del abanico: “Desearía hablar contigo”

Abrir y cerrar el abanico varias veces: “Eres cruel”

Abrir totalmente el abanico: “Espérame”

Situar el abanico detrás de la cabeza: “No me olvides”

Situar el abanico detrás de la cabeza con el dedo extendido: “Adiós”

Situar el abanico delante de la cara con la mano derecha: “Sígueme”

Mover el abanico alrededor de la frente: “Has cambiado”

Dar vueltas al abanico con la mano izquierda: “Nos están viendo”

Dar vueltas al abanico con la mano derecha: “Quiero a otro”

Llevar el abanico abierto en la mano derecha: “Eres demasiado ferviente”

Mover el abanico entre las manos: “Te odio”

Mover el abanico alrededor de la mejilla: “Te quiero”

El abanico colocado cerca del corazón: “Has ganado mi amor”

El número de varillas muestran la contestación a una pregunta: “¿A que hora?”

Abanicarse rápidamente. "Te amo con intensidad".

Abanicarse de forma pausada, significa "soy una señora casada y me eres indiferente".

También si se abre y cierra muy despacio significa esto.

Cerrar despacio. Este cierre significa un “Sí”.

Si se abre y cierra rápidamente significa, “Cuidado, estoy comprometida”.

Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un “No”.

Caer el abanico. Dejar caer el abanico significa: "te pertenezco".

Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa “Si”.

Sobre la mejilla izquierda es “No”.

Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios.

Si se lo da a su madre, quiere decir “Te despido, se acabó”.

Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa “Te quiero”.

Si se cubre el rostro puede significar “Cuidado, nos vigilan".

Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento.

Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, “Cuando te puedo ver”. Cubrirse la cara.

Cubrirse la cara con el abanico abierto, significa: "Sígueme cuando me vaya".

A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir “Puede besarme”.

Mano derecha. Llevarlo o moverlo con la mano derecha, significa: “Amo a otro”.

Pasarlo de una mano a otra. Significa, “Estás flirteando con otra” o “Eres un atrevido”. Tocar la palma de la mano. Quiere decir: “Estoy pensando si te quiero”.

Mirar dibujos. Mirar los dibujos del abanico, quiere decir: “Me gustas mucho”.

Cerrarlo sobre la mano izquierda. Quiere decir: “Me casaré contigo”.

Arrojar el abanico. Quiere decir: “Te odio”. o “Adiós, se acabó”.

Contar o abrir cierto número de varillas. La hora para quedar en una cita, en función del número de varillas abiertas o “tocadas”.

Fuentes: www.abanicosboda.com
For English version of "The Language of the Fan" press


Pero en Hispanoamérica la costumbre entra de manos de la conquista española y “Cuando las damas puertorriqueñas del siglo 19 y principios del siglo 20 iban a bailes eran acompañadas por su madre o por otra persona adulta, llamada "la chaperona", para velar su comportamiento.

Las chaperonas eran muy celosas por lo que las jóvenes tuvieron que inventarse un medio para poder comunicarse con sus pretendientes sin ser vistas por éstas. Usaban su abanico en diferentes formas para trasmitir los mensajes que deseaban.

A continuación, dos versiones de ese misterioso lenguaje:

Si la dama se abanica sobre el pecho lentamente, significa: "Soy soltera, no tengo novio".

Si mueve el abanico en movimientos cortos y rápidos sobre su pecho: "Estoy comprometida o tengo novio, sigue tu camino".

Si abre y cierra el abanico y lo pone en su mejilla, le indica al joven: "Me gustas".

Si coloca el abanico en su sien y mira hacia arriba: "Pienso en ti de noche y día".

Si sospecha que su amado le es infiel o lo ve hablando con otra joven, se toca la punta de la nariz con el abanico, indicándole: "Algo no me huele bien".

Si camina impaciente de lado a lado golpeando la palma de su mano con el abanico: "Ten cuidado, cariñito, por ahí viene la chaperona".

Si abre y cierra el abanico y señala hacia el jardín: "Esperame allí mi amor, pronto estaré junto a tí". Finalmente, si mira al joven sugestivamente cubriéndose la boca con el abanico, significa que le está enviando un beso, y obviamente, el joven sabe que él es el escogido.

Esta es la versión ofrecida verbalmente por la cantante Migdalia Batiz al creador de estas páginas, cuya fuente original desconocemos. A continuación presentamos la versión presentada en el libro "Memorias del Casino de Mayagüez", tomada ésta a su vez de una reseña publicada en "La Revista Blanca" con el título "El Amor Expresado por medio del Abanico" :

Llevarlo cerrado y suspendido de la mano izquierda (significa): Deseo tener novio.

Llevarlo cerrado y suspendido de la mano derecha: Estoy comprometida.

Abanicarse muy de prisa: Tengo dudas de ti. Cerrarlo rápidamente: Habla con mi papá.

Apoyarlo cerrado en el corazón: Te amo con locura.

Apoyarlo cerrado en la frente: Me eres indiferente.

Guardar el abanico cerrado: No salgo hoy de paseo.

Sacarlo del bolsillo: Saldré de casa. Apoyarlo abierto en los labios: No dudes de mí.

Dar el abanico al novio: Mi corazón es sólo tuyo.

Tomar el abanico del novio: No quiero más amores.

Abierto tapándose parte del rostro: Todo ha concluido entre los dos.

Dejar caer el abanico: Sufro, pero te amo.. Apoyarlo abierto sobre el corazón: Deseo casarme.

Darse golpecitos en la mano izquierda: Me eres simpático. Mirando con atención el paisaje: Pienso si me conviene.

Darse golpecitos en la mano derecha: Te aborrezco.

Darse golpecitos en el vestido: Tengo celos de ti.

Apoyarlo cerrado en la mejilla izquierda: Soy toda tuya.

Apoyarlo cerrado en la mejilla derecha: Repara, mi familia vigila.

Hacer como que cuenta las varillas: Deseo hablar contigo.

Jugar con el abanico: Estoy impaciente. Abierto, tenerlo suspendido al revés: Sin tu amor, prefiero morir. “.

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