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Mostrando entradas de junio, 2011
Fotografías: Malacate. MTI Blog. La explotación de las minas no sólo se hacía con esfuerzo humano, los animales tienen una grandiosa contribución, utilizados para carga y acarreo, para poner en funcionamiento el malacate..., eran introducidos en el interior de la mina de donde no volverían a salir viviendo una penosa existencia, sin ver la luz del sol, respirando aire contaminado, y quedando ciegos en medio la oscuridad de las profundidades de la explotación.

Lampistería Monumental

Lampistería Monumental Fuente: MTI blog. Mineralogía Topografía Ibérica. Posted: 25 Jun 2011 03:28 AM PDT Conocida es la exquisita sensibilidad germana hacia su pasado minero. Han sabido conjugar a la perfección el pasado y el presente, con una puesta en valor valiente, innovadora y progresista de su inmenso patrimonio, al que han incorporado, incluso, corrientes artísticas y estéticas de primera magnitud. Un buen ejemplo de ello es la gigantesca lámpara minera de seguridad, obra del artista Otto Piene, desde la cual se divisa gran parte de la cuenca minera de Moers (Renania del Norte-Westfalia). Instalada sobre la cima del “terril” (escombrera de estériles) de la mina Rheinpreussen, y con una altura de 30 metros, permite contemplar desde su mirador una magnífica panoramica del Bajo Rin y el Rhur, con el imponente paisaje industrial de Duisbourg como fondo. Piene, reconocido artista de la iluminación y cofundador del movimiento ZERO, ha retomado los elementos característicos de la épo

Abanicos y lenguaje

El abanico ha sido un instrumento muy útil para el coqueteo cuando éste estaba prohibido en público. Para las mujeres acompañadas de su madre o una señorita de compañía, el abanico era un instrumento de comunicación entre dama y caballero. En la corte de Luis XV, rey de Francia, el protocolo prohibió a las damas de la corte abrir sus abanicos en presencia de la reina, a menos que lo utilizaran como bandeja para ofrecerle algún regalo. Hasta 1939, en la Corte de Inglaterra, fue obligatorio su uso para las damas en recepciones y actos oficiales. En España, se convierte en un fiel aliado del coqueteo. Hay abanicos para hombres, pequeños y negros; y más grandes para las mujeres. El lenguaje es como sigue: Cerrar el abanico tocándose el ojo derecho: “¿Cuando podré verte?” Hacer movimientos amenazadores con el abanico cerrado: “No seas tan imprudente” Cubrirse la oreja izquierda con el abanico abierto: “No reveles nuestro secreto” Tocar con el dedo la parte alta del abanico: “Desearía habl